AÑO 1875. UN CAPITAN CARLISTA DE TORREBAJA (Y EL FINAL DE LA GUERRA)

Grupo de militares carlistas. Foto antigua (errioxa.com)

Ahora, noticias de D. Juan Valero Arnau, de la familia Valero, los que fueron administradores de los bienes de los antiguos señores Ruiz de Castellblanch (o Castellblanque) de Torrebaja, a partir de mediados del siglo XIX, y por adquisición posterior de tierras, grandes propietarios de este municipio y dueños de la “Casa Grande” en la actual plaza del Ayuntamiento...

Los padres de Juan fueron Francisco Valero y Josefa Arnau, familia tradicionalista y carlista, al igual que lo fueron sus hijos. Don Francisco, el padre, había servido en la Primera Guerra Carlista (1833-1840), y murió a manos de los liberales en su casa, cuando éstos entraron en Torrebaja, ya en la última Guerra (1872-1876), en el “Torreón de los Picos”.  Según el periodista e historiador carlista Melchor Ferrer Dalmau, “ya anciano, paralítico y sentado en un sillón”

D. Juan Valero Arnau, perteneciente al ejército carlista, según noticias, ya era capitán de la compañía fija del Collado de Alpuente en abril de 1875, y lo fue durante el asedio a esa fortificación, hasta su toma por los alfonsinos el 19 de julio de 1875. Tras la rendición del fuerte de El Collado, según algunas fuentes, fue aprisionado (aparece en la lista de presos de esa acción) y ejecutado en Lliria (Valencia). Según la versión de Melchor Ferrer, que le menciona como teniente coronel, logra escapar tras el asedio, y es muerto por los gubernamentales en Silla (Valencia). En todo caso, antes de mediados de agosto, ya estaba muerto nuestro personaje.

Torrebaja. Casa Grande y Torre de los Picos (foto archivo familiar)

Mi paisano (y cronista oficial de la Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz) Alfredo Sánchez Garzón, en su publicación “A propósito de los edificios civiles más emblemáticos de la localidad”, escribe:

<<…El mismo autor (se refiera a Vicente Badía Marín y José Alejandro Pérez Tarín, y al libro “Torrebaja, mi pueblo”) dice que “Cuando los señores de Torre Baja vendieron el pueblo a los colonos [el 23 de enero de 1856], la casa Señorial quedó en poder de los administradores”; de hecho, “la familia de don Francisco Valero adquirió de los últimos señores de Torrebaja grandes propiedades, entre ellas el Castillo o Palacio señorial”, añadiendo que a principios del siglo XX (1910), el conjunto “fue adquirido por don José Sánchez a los herederos de don Joaquín Valero”>>.

<<Referente a los administradores de los últimos señores de Torrebaja, el mismo autor (Vicente Badía Marín y José Alejandro Pérez Tarín) dice, aún sin poder confirmarlo, “que un hijo de éstos, [no era un hijo, sino el mismo administrador y ya propietario] don Francisco Valero, pereció en la torre víctima de los azares de la [última] guerra carlista" [1872-1876]>>.

<<En correspondencia con lo anterior (y según dice Valeriano Herrero Herrero, en su libro “La villa de Alpuente, aportación al conocimiento de un pueblo con historia”), en un documento que recoge la relación de los prisioneros carlistas que se rindieron en el castillo del Collado (Alpuente), en el que se reseña la clase, edad y pueblo de naturaleza, tomada del Boletín oficial de la Provincia de Castellón de la Plana, el miércoles 11 y viernes 13 de agosto de 1875 (número 18 y 19), aparece el Capitán don Juan Valero Arnau, de 40 años, natural de Castielfabib, provincia de Valencia, propietario [a la fecha de nacimiento de este Juan (1835), Torrebaja todavía pertenecía al término y jurisdicción de la villa de Castielfabib, aunque a punto de ser municipio y tener ayuntamiento propio, por eso dice “nacido en Castielfabib”]En el mismo listado figura don José Esparza Esparza, de 24 años, natural de Torrebaja, provincia de Valencia, jornalero. En una nota final se dice: “El capitán carlista D. Juan Valero [Arnau], comprendido en esta relación, murió en Liria (Valencia) hoy día de la fecha”>>.

<<El mismo autor [Valeriano Herrero], en capítulo previo, donde se relata la toma del fuerte del Collado (Alpuente), recoge una nota que dice: “Algunos de los defensores debieron intentar huir, por cuanto sabemos -dice Melchor Ferrer- que el capitán  D. Juan Valero Arnau murió asesinado en Silla (Valencia), cuando su caballo cayó muerto, en desesperada carrera. El capitán Valero pertenecía a la compañía fija de El Collado”. Y en una nota, añade que “el capitán Valero nació en Castielfabib y sirvió en el ejército del Centro, mandando la compañía fija del Collado, en 1875”>>.

Corroborando todas estas informaciones sobre del capitán Juan Valero Arnau, encuentro en la publicación “El Siglo Futuro” (Madrid), con fecha 12 abril 1875, y referida al Fuerte del Collado de Alpuente, la siguiente noticia:

“... La guarnición [de El Collado] se compone de 208 hombres, divididos en la forma que hemos manifestado; manda la compañía fija el capitán D. Juan Valero, y es mayor de de plaza el ex-guardia civil Jover...”.

Restos del Castillo del Poyo o Fuerte del Collado (citiestips.com)

Recomiendo la atenta lectura de la publicación que sigue a continuación, "Un Héroe del Collado", de Melchor Ferrer Dalmau, narración muy posterior (1959) a este conflicto bélico, y que, aunque haya que cogerla “con pinzas”, por la filiación tradicionalista-carlista del autor y las fechas en que se publicó, define bien lo que fue el carlismo y la tradición en algunas familias de toda España. En este caso, hablamos de la familia "Valero-Arnau" de Torrebaja. Generaciones anteriores y posteriores de esta familia, fueron fieles al tradicionalismo político. Contrarios al "liberalismo" vigente, apostaron por el carlismo legitimista.

Del boletín informativo “Fal Conde”- Granada 1987, donde de incluye publicación inédita de Melchor Ferrer Dalmau, referente a estos Valero de Torrebaja:

UN HEROE DEL COLLADO. (Articulo inédito de D. Melchor Ferrer):

    "Consumada ya la traición del Centro, y retiradas las leales fuerzas valencianas sobre Aragón y Cataluña, en el Reino de Valencia sólo quedaba ondeando al viento la bandera de Carlos VII en el fuerte de El Collado. Aquella animosa guarnición se mantenía firme, aunque por el bloqueo a que era sometida por los alfonsinos, convertido luego en sitio, ninguna esperanza quedaba a los defensores.

    Inútil la resistencia, no cabía más que la rendición. Capitularon los heroicos defensores de El Collado, cuando ninguna esperanza de socorro ni de éxito a una salida les era dado prever.

    Uno de los heroicos defensores de El Collado consiguió escapar de los alfonsinos. Era el Teniente Coronel graduado, Jefe de las fuerzas fijas de guarnición en El Collado Don Juan Valero Arnau. Una vez su propósito obtenido, a caballo, se lanzó a través de la provincia de Valencia, y después de haber extenuado un corcel, consiguió llegar a Silla, donde cayó muerta su segunda montura. Pero desgraciadamente Silla estaba ocupado por los alfonsinos, soldados del regimiento de Granada, y cuando el Teniente Coronel Valero Arnau, agotado en su esfuerzo llegaba a la población, a bayonetazos fue muerto. No lo confesaron los liberales, pues el capitán alfonsino que entregó el cadáver hizo constar que la muerte era por asfixia y el juez, bien dispuesto a favor del nuevo régimen que entonces comenzaba su desdichada historia, no trató de averiguar por medio de un forense que era eso tan raro de la muerte por asfixia.

    El teniente coronel Valero Arnau, pertenecía a una familia totalmente leal a la causa de la legitimidad. Su padre, Don Francisco Valero había servido en la primera guerra y murió en manos de los liberales cuando estos entraron en Torrebaja, y le encontraron ya anciano, paralítico, sentado en un sillón. La esposa de éste, Doña Josefa Arnau, era decidida y firme carlista. Durante la primera guerra vio partir para las filas de la legitimidad a sus hijos y como uno de ellos se hacía el remolón, puesto que era recién casado, y luchaba entre el deber de carlista y el cariño a su esposa, Doña Josefa hizo sacar de las cuadras un caballo y una vez ensillado llamó a su hijo diciéndole “O montas tú o monto yo”, por lo que el hijo comprendiendo que si no iba a cumplir su deber, muy decidida estaba su madre en ocupar su sitio, marchó a unirse a las fuerzas reales.

    Tenía pues, Don Juan Valero Arnau el ejemplo de sus hermanos, la muerte y la lealtad de su padre, y sobre todo el espíritu de su madre. Esto le alentó en el bloqueo y sitio de El Collado, todo esto le impulsaba en su cabalgata a través de las huertas valencianas para acudir en Silla a la cita que le había dado la Muerte.

    Pero este espíritu de lealtad carlista lo conservó su hijo casado con una hija del pintor Rafael Montesinos, que dejó la cámara real del Alcázar de Madrid, en fidelidad a sus convicciones carlistas. Lo conservaron sus descendientes y todos sus familiares y así en la última Cruzada, Francisco Valero, requeté aragonés muere en la gesta gloriosísima e incomparable de Belchite. Antonio Valero, toca su boina en el Tercio de Santiago y otro allegado, Ricardo Oliva, de apenas 14 años, va con los Requetés, alcanza la Medalla Militar, y acaba la lucha inválido de guerra..."

                                                                Oficial de la caballería carlista (Cuadro de Augusto Ferrer Dalmau)

Como ya se ha dicho, Juan Valero Arnau, procedía de una familia tradicionalista y carlista de Torrebaja. También sabemos que su padre Francisco ya participó en la Primera Guerra Carlista (1833-1840), sin poder conocer, de momento, en calidad de qué (soldado, oficial, jefe...??), al igual que alguno de sus hijos mayores (hermanos de Juan), y que la madre, Josefa, fue mujer muy convencida de la causa e instó a alguno de sus hijos a participar en la guerra.

La participación en estas guerras carlistas de Juan Valero, correspondió ya a la última de ellas (1872-1876), en la que sabemos fue defensor el fuerte de “El Collado” de Alpuente, a punto de finalizarse la misma. Contaba con 40 años y tuvo el grado de capitán (según algunas fuentes), o teniente coronel (según otras procedentes del bando carlista).

De su actuación en la guerra, con anterioridad a la toma de El Collado, nada sabemos, pero es de imaginar formara parte del Ejército Carlista del Centro, concretamente de la “División Carlista de Valencia”, con su cuartel general mucho tiempo en Chelva y frecuentes incursiones y estancias en el Rincón de Ademuz. A las órdenes estaría nuestro personaje de los que fueron por entonces sus comandantes generales, “Santés” (José Santés y Murgui), luego “Monet” (Manuel Monet y Martel), y por último “Adelantado” (Fernando Adelantado y Burriel).

Sobre su muerte, hay dos versiones: la primera es que fue hecho prisionero tras la toma de El Collado (19-7-1875) y fusilado en Lliria (versión oficial); la segunda es que consiguió escapar, y galopando con su caballo, llegó a las huertas valencianas, y en Silla (Valencia), fue interceptado por los gubernamentales, y allí fue asesinado (versión carlista, más épica y romántica). En todo caso, muerto antes de poder ver finalizada esta guerra.

También sabemos que este Juan, tuvo, además de algunos hermanos mayores (sin poder identificalos), que ya habían participado en la primera guerra (bien jóvenes, por los visto), al menos, dos hermanos más jóvenes, y que ambos estudiaron la carrera de Farmacia en la Universidad Central de Madrid, tras hacer el bachiller en el Instituto de Teruel: Francisco Valero Arnau (cursó la carrera entre 1867-1871, antes de iniciarse la 3ª Guerra), y José Valero Arnau (que la cursó entre 1877-1881, ya finalizada la misma); esto según “PARES” (Portal de Archivos Españoles). Universidades: 1167. Exp.39 y Exp.40.

Descendientes de este mismo Juan y de su familia, sabemos que mantuvieron la misma ideología, e incluso que algunos participaron en la futura Guerra Civil (1936-1939), a favor el bando “nacional”.

De esta familia, que yo sepa, no quedan descendientes en Torrebaja. Sí se conoce, y según nuestro cronista oficial Alfredo Sánchez Garzón, que un descendiente de los Valero-Arnau, concretamente D. Joaquín Valero, en 1910, vendió el conjunto de bienes de esa familia, y “fue adquirido por don José Sánchez a los herederos de don Joaquín Valero”.

Torrebaja. Casa Grande y Ayuntamiento (foto de Alfredo Sánchez Garzón)

CONTEXTO HISTORICO

El “Pronunciamiento de Sagunto” el 29 de diciembre de 1874, a cargo del general Arsenio Martínez Campos, supuso el final de la I República Española, dando paso a lo que se ha venido en llamar el período de la “Restauración”, rescatando el sistema de gobierno monárquico en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II (entonces en el exilio). En enero de 1875 llega a España Alfonso (entonces con 17 años), que reinará como Alfonso XII.

Presidente del Consejo de Ministros, el conservador Antonio Cánovas del Castillo, y Ministro de la Guerra Joaquín Jovellar Soler.

Todo esto en plena III Guerra Carlista (1872-1876). El pretendiente al trono por el bando "legitimista" era ahora Carlos María de Borbón y Austria-Este (Carlos VII para sus partidarios).

El rey Alfonso XII y el pretendiente Carlos VII

CONTEXTO DE LA GUERRA EN ESTA ZONA (de marzo de 1875 hasta el final de la guerra).

En marzo de 1875, los carlistas ya estaban situados en Chelva (Valencia), donde tiene su cuartel general la “División Carlista de Valencia”, perteneciente el Ejército del Centro que manda el general Antonio Dorregaray y Dominguera. El comandante en jefe de esta división es ahora Fernando Adelantado Burriel***, personaje sobre el que hago breve comentario por su importancia en este sector por aquel tiempo:

***Fernando Adelantado y Burriel había nacido en Madrid el 10 de febrero de 1836. Militar de carrera que perteneció al ejército gubernamental, siendo ya teniente coronel de estado mayor en 1870 (con 34 años). Pero en julio de 1873, ya vigente la I República, y no estando de acuerdo con la política del gobierno, obtiene licencia definitiva en el ejército. Después se pasa al ejército carlista incorporándose a la campaña de Cataluña. Luego, y a las órdenes del general Dorregaray se incorpora al Ejército del Centro carlista (enero 1875).

Ya en febrero de 1875 se encuentra situado en Chelva, y nombrado comandante general de esa División de Valencia, en sustitución de Manuel Monet y Martel.

A finales de junio de este año desaparece de la escena de la guerra. Por lo visto, viendo perdida la guerra, y tras un pacto con los gubernamentales por parte de algunos jefes carlistas (lo que vino a llamarse por ese bando la "traición del centro"), entre los que se encontraba su superior, el general Antonio Dorregaray, partiría al exilio, o pasaría otra vez al ejército liberal (en el cual se le respetaría su grado militar que hubiera tenido en el bando carlista). No puedo afirmar ninguna de las dos opciones, pero me inclinaría por la primera, pues en su expediente militar no aparecen anotaciones más allá de su licencia en 1873. Según el pacto mencionado, los militares carlistas acogidos a él, podrían marchar al exilio, y a partir de los tres meses, volver libremente a España.

Desde Chelva y el Rincón de Ademuz realizan frecuentes incursiones en las zonas limítrofes de la Serranía de Cuenca, Utiel-Requena y La Mancha.

Chelva. La Torrecilla (begv.gva.es)

El 9 de marzo, una facción carlista compuesta de 1.500 hombres y 100 caballos, al mando del coronel Juan Ponce de León, entra en Utiel (Valencia). Allí recaudan dinero y ponen al cobro tres meses de contribución y algunos atrasos. Al día siguiente marchan a Minglanilla (Cuenca). Este mismo día 10, parten de Chelva dos batallones carlistas mandados por el coronel Fernando Adelantado y Burriel, que suman unos 800 hombres y 80 caballos, que también se dirigen a La Mancha.

Hay noticias el día 12 de avanzadas carlistas en “El Tollo” (Utiel). La facción de “Adelantado”, perseguida por la brigada gubernamental de Liberato Arnáiz, se atrinchera el “El Molón” de Camporrobles (Valencia), donde es atacada con fuerza por esa brigada, y se ve obligada a retirarse a Aliaguilla (Cuenca), para posteriormente dirigirse otra vez a su guarida de Chelva, donde esta facción de “Adelantado” está ubicada ya el día 16, tras esta frustrada expedición a La Mancha.

El Molón. Camporrobles (19Tarrestnom65 - Trabajo propio)

A finales de marzo de 1875, los de “Adelantado”, salen de Chelva y se dirigen al Rincón de Ademuz, en esta ocasión por las estribaciones de la Sierra de Javalambre.

En estas fechas, un comandante militar carlista pasa comunicación al jefe militar de Cañete (Cuenca), instándole a entregar la plaza en unos días, y que de no ser así, “entrará en ella por la fuerza y degollará hasta los niños de pecho” (dice la prensa oficial, y desconozco qué jefe carlista pudo oficiar semejantes amenazas).

Efectivamente, las fuerzas de “Villalaín” (Angel Casimiro Villalaín) y “Adelantado” (Fernando Adelantado y Burriel), al mando del primero, “operaron una concentración hacia el rincón de Ademuz, recorriendo los pueblos de Talayuelas, Landete, Casas de Pedro Izquierdo y Moya, caseríos y municipalidades poco importantes, que habrán suministrado escaso botín a los facciosos que soñaban un inmenso pillaje. Al salir de aquí aseguraban con mucha formalidad que iban a tomar por asalto la villa de Cañete, plaza guarnecida y fortificada por las tropas de don Alfonso (el rey, Alfonso XII), y que sirve de refugio a las familias liberales de las inmediaciones”, pero desistieron de ese proyecto (asalto a Cañete).

Moya. Castillo (foto propia)

Cañete, murallas (villadecanete.com)

En estos días, el comandante de armas de Chelva, Juan Martínez (“Chulla”), andaba cambiando algunos ayuntamientos del Rincón de Ademuz, entre ellos, Castielfabib y Torrebaja, poniendo personas del bando carlista. Parece ser que, una vez abandonaba las poblaciones, huían los concejales recién nombrados, sin duda viendo un futuro incierto en ese bando, por la deriva que iba tomando la guerra.

Castielfabib. Casa de la Villa (foto antigua)

Torrebaja. Plaza (foto antigua coloreada)

Con fecha 1 de abril, la facción de Fernando Adelantado y Burriel, procedente del Rincón de Ademuz, se presenta en Minglanilla con unos 1.200 infantes y 200 caballos. Allí logran recaudar 30.000 reales y otros 4.000 que sacaron de los representantes de la mina de sal. Robaron también ganado, cebada, y allanaron algunas casas de liberales.

También llegan hasta Iniesta, y luego se dirigen a la zona de Utiel.

Esta facción, de regreso de los pueblos de Iniesta (Cuenca) y Minglanilla (Cuenca), descansa el día 3 en Camporrobles (Valencia), desde donde exigen cereal y raciones de todas clases al alcalde de Caudete de las Fuentes (Valencia). Ante la imposibilidad de tal petición, el día 4 se presentan (en Caudete) 40 de caballería y se llevan de rehenes “al alcalde del ayuntamiento, al síndico y a tres contribuyentes más de la población”. También se llevan rehenes de las aldeas de Las Cuevas y Los Corrales (de Utiel).

Se asegura que la mayoría de rehenes son de ideas carlistas, pues los de ideas liberales hacía tiempo se habían ausentado de aquellos lugares.

La facción regresa a Chelva.

La prensa de la época, el día 10 de abril, se hace eco de una noticia, en la que un corresponsal de Chelva describe al detalle la situación del fuerte que los carlistas tienen en el castillo del Collado de Alpuente (“Fuerte del Collado” o “Castillo del Poyo”). Se hace una descripción de la construcción e infraestructura, con detalle de sus dependencias, talleres, polvorín... También se informa de que la guarnición del fuerte estaba compuesta por 208 hombres, y que “manda la compañía fija el capitán D. Juan Valero” (personaje objeto de este trabajo).

El 12 de abril, una partida carlista compuesta por aproximadamente 1.000 hombres, a cargo de “Villalaín” (Angel Casimiro Villalaín), es atacada en Guadalaviar (Teruel), por la brigada gubernamental que manda el brigadier Luis Fernández Golfín Ferrer. Tras el enfrentamiento la partida se retira a Javaloyas (Teruel), donde pernocta, y pasa a Torrebaja (Valencia), donde permaneció cuatro días.

Luis Fernández  Golfín y Ferrer

El brigadier “Golfín”, que había salido de Cañete (Cuenca) el día 28 de abril, con seis compañías y una sección de caballería, ataca y vence en Arroyo Cerezo, aldea de Castielfabib, a un escuadrón carlista el día 29. Les hacen nueve muertos y muchos heridos, además de cogerles cinco caballos, armas, efectos de guerra y raciones. Este escuadrón carlista pertenecería a la denominada brigada “Palacios-Villalaín” (comandada ésta por los jefes Manuel Salvador Palacios y Angel Casimiro Villalaín). El 30 “Golfín” pernoctó en Landete (Cuenca), con la idea de caer sobre Ademuz (Valencia) y sorprender dos brigadas carlistas que, según sus informes, se hallaban allí. Parece ser que dichas brigadas, ante la cercanía de sus fuerzas y la derrota que habían sufrido el día anterior en Arroyo Cerezo, habían partido; una hacia Chelva y otra hacia Teruel, por lo que no se llegó a ejecutar esta acción. Sin embargo, según noticias poco posteriores, se halla localizada, el día 5 de mayo, una brigada carlista en Ademuz (la de “Palacios”), y una ronda volante en El Cuervo (de Isidro Pascual Gamundi). Seguramente sólo se habría movido de la zona, a fecha 30 de abril, una parte de esas fuerzas (lo desconozco, pero es lo más probable, en mi opinión).

Manuel Salvador y Palacios 

                                                                 Angel Casimiro Villalaín (grabado de Ilustración Española y Americana)

El 6 de mayo de 1875, fuerzas del gobierno alfonsino a cargo del brigadier Luis Fernández Golfín Ferrer, asestan un duro golpe a los carlistas en Ademuz (Valencia).

Este general, divide sus tropas en tres columnas. La primera, a su mando directo, parte de Salvacañete (Cuenca), y por la Casa del Mojón y Tóveda (Castielfabib) marcha hacia Ademuz, con cierto retardo para coincidir con las otras dos en aquel punto. La segunda, al mando del coronel “Moiño” (Rosendo Moiño Mendoza), desde Salinas del Manzano (Cuenca) llega hasta la casa de La Boquilla (Salvacañete) y toma el camino de Santa Cruz de Moya (Cuenca)  con dirección a Casas Altas (Valencia), evitando la retirada del enemigo por la Hoz del río Boilgues (Vallanca). La tercera columna al mando del teniente coronel “Alamán” (Ramón Alamán y Sevil), también parte de Salinas del Manzano y llega a la Casa de la Boquilla, y desde allí se dirige a Los Santos (Castielfabib), y por el camino de Ademuz, a caer sobre el Molino (de Ademuz) para impedir en ese pueblo el paso por el puente del río Turia a los carlistas en su posible retirada.

Ademuz.Molino Nuevo (foto de Rodasoques)

Estas tres columnas confluyen sobre Ademuz “con una exactitud admirable”“calculada la distancia y el tiempo”, en un movimiento envolvente este día 6 de mayo, “en un círculo imposible de romper con la única salida del río Blanco” (Turia o Guadalaviar), río invadeable en aquellas fechas por su caudal, según noticias, que también se hacen eco de que murieron soldados y caballos al intentar atravesarlo en su huida.

En Ademuz derrotan a la brigada carlista de Manuel Salvador Palacios y otras fuerzas que allí se encontraban. Por lo visto, la facción de “Adelantado”, a la que se creía también en ese punto, ya no estaba en el Rincón, pues había partido dos días antes hacia Arcos de las Salinas (Teruel), por donde ya se ubicaba a “Villalaín” (Angel Casimiro Villalaín) en esas fechas.

Este mismo día, en El Cuervo (Teruel), fuerzas de la misma brigada “Golfín” al mando del capitán Manuel Azlor, derrotan y dispersan a una ronda volante carlista de “Gamundi” (Isidro Pascual Gamundi).

Isidro Pascual Gamundi (Ilustración Española y Americana)

Según noticias de la prensa, en estos dos enfrentamientos, se les hace al bando carlista 27 muertos, cinco o seis heridos, treinta y tantos prisioneros, entre ellos el gobernador de Chelva, Joaquín Pastor (que estaba refugiado en Ademuz huyendo de la epidemia de tifus y otras enfermedades que por Chelva había en aquellas fechas), y 3 oficiales más. También 11 caballos muertos y 2 cogidos, armas, municiones y documentación de la ronda volante de El Collado. Por parte de los liberales, un soldado contuso, 2 extraviados y 2 caballos muertos (sin comentarios al respecto de estas bajas de los liberales..., pero esto es lo que decía la prensa oficial).

Tras estas acciones de guerra, se presentan a indulto en Ademuz 13 carlistas.

El general en jefe del Ejército del Centro, Rafael Echagüe y Berningham, con las brigadas “Chacón” (José Chacón y Fernández) y “Sequera” (Eduardo Sequera Pérez de Lema), y la división “Salamanca” (general Manuel de Salamanca Negrete), entra en Chelva el 19 de mayo, sorprendiendo en Alpuente a la Junta Carlista, “de la que quedaron muertos siete oficiales y prisioneros otros siete con el gobernador”.

Rafael Echagüe y Berningham (grabado de la Ilustración Española y Americana)

La facción de “Adelantado” fue perseguida por tropas del brigadier “Chacón” y el coronel Gregorio Jiménez Palacios, haciéndoles cinco muertos y treinta heridos, continuando su persecución.

Poco tardarían los carlistas en estar otra vez en Chelva, como se verá más adelante. Según la prensa del momento, Chelva había sido para los carlistas la “Estella” del Reino de Valencia.

A primeros de junio, retirados de Chelva los carlistas, son perseguidos por los gubernamentales; hacen una excursión vía Sierra de Javalambre. Recorren los pueblos de La Yesa, Higueruelas (estos de Valencia), Torrijas, Manzanera, Sarrión, Cubla y Villel (estos cinco de Teruel), llegando algunos individuos de las facciones hasta las cercanías de Teruel capital.

Hay testimonios el día 5 de junio de hallarse en Alpuente fuerzas de Fernando Adelantado Burriel, “a cuya caballería se les había repartido 90 lanzas que han recibido no se sabe de dónde”.

El 10 de junio de 1875, el general Antonio Dorregaray y Dominguera (comandante en jefe del Ejército carlista del Centro), “con dos batallones y algunos caballos”, sale de Mosqueruela (Teruel), marcha a Rubielos de Mora (Teruel) donde descansa dos horas, y se dirige a Manzanera (Teruel). En opinión “de los entendidos en la guerra” se suponía iba a marchar al Rincón de Ademuz (Valencia), o quizás, por Alfambra (Teruel), dirigirse al Alto Aragón. En realidad llegó a Chelva, aunque muy probablemente en esta ocasión, lo efectuara vía Camarena y Villel (Teruel), por el Rincón de Ademuz (lo desconozco, pero lo deduzco por las noticias).

En estas fechas, el ejército gubernamental anda fortificando puntos como el de Sarrión (donde se encuentra la brigada de Francisco Borrero y Limón), para asegurar la “línea Sagunto-Teruel”, además de intentar cortar el paso de las facciones del Maestrazgo a la comarca de Chelva, pues el trayecto de salida de estas facciones de Chelva, era por Alpuente (Valencia), a Manzanera y  Sarrión, buscando Rubielos de Mora o Mora de Rubielos, en dirección a Mosqueruela y Cantavieja (todos estos últimos, pueblos de Teruel).

Objetivo prioritario del ejército alfonsino en aquellos momentos era “desalojar a los carlistas de Chelva y Rincón de Ademuz”, para quedar la “línea Sagunto-Teruel” como “sólida base de operaciones”.

El 12 de junio llega el general carlista “Dorregaray” a Chelva y es “recibido con repique de campanas y otras demostraciones de júbilo; pero cuando recibió muchas manifestaciones de simpatía fue el domingo, día de su santo” (13 de junio, San Antonio de Padua). En Chelva, en aquellas fechas, también estaba la facción de Fernando Adelantado y Burriel.

Sale de Chelva el general “Dorregaray” el día 14, y se dirige con sus tropas hacia el norte, dejando encerrado en el fuerte de El Collado a su subordinado el brigadier Pascual Cucala***, al que se le había abierto consejo de guerra.

     *** Pascual Cucala y Mir, otro jefe carlista que cae en desgracia, en este caso acusado de comerciar con caballos robados, tratar con el enemigo y malversar fondos procedentes de las contribuciones. Ignoro la sentencia de dicho consejo de guerra, y si las acusaciones eran fundadas, o como ocurrió con otros cabecillas, fueron una excusa para apartarlos del mando, por ciertos intereses o simpatías. En todo caso se sabe que fue apartado del mando de su brigada, y que numerosos individuos afectos a “Cucala”, abandonaron, si no la causa carlista, sí sus filas. En agosto siguiente (1875), emprendería marcha a Francia, donde residió, dedicado al comercio de vinos, hasta su muerte en Port-Vendres, cerca de la frontera española, en enero de 1892. Pacual Cucala, el de Alcalá de Xivert, otro personaje importante del carlismo que desaparece de este mapa de guerra.

Pascual Cucala Mir (cabrerayelmaestrazgocarlista.blogspot.com)

El General Antonio Dorregaray y Dominguera, a mediados de junio, como se ha dicho, partió de Chelva ante el avance de la división del general gubernamental Manuel de Salamanca Negrete. Por Alpuente se dirigió hacia el Maestrazgo turolense, concretamente a Cantavieja, al igual que lo efectuó la facción de Fernando Adelantado y Burriel. Pero los de “Adelantado”, en su marcha, fueron interceptados por la brigada de Francisco Borrero y Limón (de la “división Salamanca”), viéndose obligados a retirarse al Rincón de Ademuz (punto de refugio frecuente para las fuerzas de este jefe carlista ante los acosos que les hacía el ejército), aunque antes del día 25 volverían a Chelva).

A mediados de junio en Chelva, apenas quedan fuerzas, a excepción de las de la comandancia, las cuales se creía iban a ser trasladadas a la fortaleza del Collado de Alpuente.

General Antonio Dorregaray y Dominguera 

El 25 de junio de 1875, avanzadas de la división gubernamental “Salamanca” llegan al punto de Santa Quiteria, distante una legua (menos de 5 Km.) de Chelva, donde se encuentran con numerosos grupos de carlistas que defensivamente coronan aquellos picos, a los que cañonean con su artillería, a la que responden los carlistas con nutrido fuego de fusilería. Pero ante la considerable inferioridad de fuerza, se retiran a Chelva, donde “Adelantado” esperaba el resultado de la lucha. En este momento, cuando llegan sus tropas en retirada, parte con ellas a refugiarse en el Rincón de Ademuz. Según la prensa, “huyó con ellos a esconder su vergüenza en las escabrosidades del rincón de Ademuz”.

La brigada “Sequera” (Eduardo Sequera Pérez de Lema), perteneciente a la “división Salamanca”, ocupa Chelva, el “baluarte y centro del carlismo en Valencia”.

La facción de “Adelantado”, que no se pudo conservar en el Rincón de Ademuz, trató de correrse a Aragón. El día 27 de junio había llegado a Torrijas (Sierra de Javalambre, Teruel).

El ministro de la Guerra, Joaquín Jovellar Soler, decide que ya no se debe abandonar el interesantísimo punto de Chelva, la “Estella del Maestrazgo” para los carlistas según la prensa (aunque Chelva no pertenecía al Maestrazgo). Muy por el contrario, quiere convertir a Chelva en centro de operaciones del ejército gubernamental.

Este mismo día 27, empezaron las obras de ocupación de esa plaza. Se pidieron “serones, jornaleros, caballerías, herramientas, aparatos de telégrafos y ocho grandes anteojos”.

Ni que decir tiene que los carlistas de Chelva para entonces, habían trasladado lo que pudieron de armamento, municiones, víveres,... al vecino fuerte de El Collado, último reducto aquí de los “legitimistas”.

El general “Salamanca” publica un bando desde Chelva, que entre otras cosas, da un término de veinticuatro horas para que salgan de esa población las familias y personas relacionadas con los carlistas que no sean vecinos de ésta. También manda borrar el rótulo de “Hospital Militar Carlista”, según informan las noticias de esas fechas.

Manuel de Salamanca y Negrete (Ministerio del Ejército)

A finales de junio de 1875, estando en Tragacete (Cuenca) el brigadier del ejército gubernamental Luis Fernández Golfín Ferrer, se queja al Ministro de la Guerra, Joaquín Jovellar Soler, de los inconvenientes de tener encomendada una sola brigada para la vigilancia de la línea tan extensa y abrupta como era la de Molina de Aragón (Guadalajara) a Santa Cruz de Moya (Cuenca)... “que si se estacionaba ésta en Molina, no podría atender a las avenidas del Rincón de Ademuz; si en Santa Cruz de Moya, estaba muy lejos de la raya de Guadalajara y Teruel; si elegía un punto central como Priego o Cuenca, se hallaría distante de todas partes...”.

El 16 de julio, parten de Chelva las tropas del general “Salamanca” con un claro objetivo: tomar El Collado de Alpuente, último reducto carlista en esta zona.

Al día siguiente quedan emplazadas las baterías y comienza el ataque a la fortaleza. Tras un “nutrido fuego de fusilería”, se toman “a fuerza viva” los tres pequeños fuertes que había a media falda del cerro, estrechando el cerco.

El día 18, al amanecer, se rompe el fuego artillero “vigorosamente” contra la fortaleza hasta ser rendida, al día siguiente.

Al final, el día 19 de julio de 1875, se rinde el fuerte carlista de El Collado con toda su guarnición y sin condiciones. Se hacen prisioneros al gobernador del fuerte, 11 jefes y 300 más entre oficiales y tropa (según algunas fuentes, esta guarnición estaba compuesta sólo por 208 hombres).

Aquí es donde aparece nuestro personaje torrebajero mencionado al principio de esta publicación, el capitán Juan Valero Arnau, como jefe de la “compañía fija” de la guarnición de El Collado, y protagonista de este pequeño trabajo.

Toma del Castillo del Collado. (Croquis de Juan José García)

Esta toma de El Collado fue una exitosa  operación a cargo de la “División Salamanca” (general Manuel de Salamanca Negrete), al igual que lo fueron ya en la Primera Guerra Carlista, las operaciones del general Francisco Javier Azpiroz y Jalón, que tomó Alpuente a los carlistas (2-5-1840), y el mismo Collado (6-8-1840).

En la Primera Guerra, la toma de El Collado supuso la caída del último reducto carlista en este sector, Maestrazgo y Castilla la Nueva, y coincidió prácticamente con el fin de la guerra. Ahora, la rendición de este fuerte, aunque supone el fin del conflicto en estos mismos sectores, la guerra aún duraría unos meses más en Cataluña, País Vasco y Navarra.

Toma de Fuerte del Collado (por José Cusachs y Cusachs)

Tras la caída de Estella (Navarra), el pretendiente Carlos de Borbón y Austria-Este (Carlos VII para los carlistas), parte el 28 de Febrero de 1876 a su exilio francés. La guerra ha terminado, pero no así el carlismo, que tendría un importante protagonismo en la última Guerra Civil (1936-1939) a favor del bando “nacional”, y que, ramificado por sus distintas sensibilidades ideológicas, perdura todavía, en partidos o agrupaciones políticas, que se podrían calificar de “testimoniales”.

Carlos VII. Volveré (imagen de Comunión Tradicionalista Carlista)

 Esto ha sido un pedazo de nuestra historia...

 

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES:

Sánchez Garzón, Alfredo. “Desde el Rincón de Ademuz” – La Casa Grande y el Torreón de los Picos de Torrebaja (Valencia), 2011.

Periódico “El Siglo Futuro” (Madrid) (publicación carlista). 12 abril 1875.

Boletín Informativo “Fal Conde” (Granada) (publicación carlista). Noviembre 1987.

“PARES” (Portal de Archivos Españoles). Universidades: 1167. Exp.39 y Exp.40.

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Periódico “La Epoca” (Madrid). 26 febrero 1875.

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Periódico “El Imparcial” (Madrid). 16 marzo 1875.

Periódico “Crónica de Cataluña” (Barcelona). 19 marzo 1875.

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Periódico “La Correspondencia de España” (Madrid). 4 abril 1875.

Periódico “El Imparcial” (Madrid). 7 abril 1875.

Periódico “El Bien Público” (Madrid). 8 abril 1875.

Periódico “El Bien Público” (Madrid). 8 abril 1875.

Periódico “El Siglo Futuro” (Madrid) (publicación carlista). 8 abril 1875.

Periódico “El Siglo Futuro” (Madrid) (publicación carlista). 12 abril 1875.

Periódico “La Iberia” (Madrid). 13 abril 1875.

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Recuenco Pérez, Julián. Publicación “Federico Santa Coloma Olimpo (1850-1929). Un general Español a caballo entre dos guerras”. Revista digital de Historia Militar, 2014.

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Periódico “La Epoca” (Madrid). 20 mayo 1875.

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Periódico “El Globo” (Madrid). 18 junio 1875.

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Periódico “Boletín de Comercio” (Madrid). 2 julio 1875.

Periódico “El Bien Público” (Mahón). 3 julio 1875.

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Periódico “El Globo” (Madrid). 21 julio 1875.

Periódico “Boletín de Comercio” (Madrid). 28 julio 1875.






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