AÑO 1875. NOTICIAS DE GANCHEROS Y MADEREROS


Ademuz (Valencia) - Transporte de madera por el río Blanco hasta el pueblo de Mislata (cróquis de D. José Mª Cortés). EN REALIDAD, EL GRABADO CORRESPONDE A LA LLEGADA DE LA MADERADA A MISLATA (lo he comprobado)

El 22 de octubre de 1875, en la revista ilustrada denominada “Ilustración Española y Americana”, se publica un grabado comentado sobre el trasporte de maderas desde Ademuz a Valencia por el río Turia (entonces también denominado Blanco o Guadalaviar). Reproduzco textualmente:

 “VALENCIA. TRASPORTE POR EL RIO BLANCO, DE MADERA CORTADA EN ADEMUZ.

El grabado que figura en la pag. 249 (según cróquis que ha tenido la atención de remitirnos D. José Maria Cortés) indica el sencillo procedimiento que se emplea en el pueblo de Ademuz, provincia de Valencia, para trasportar á Mislata, y desde allí á la capital, la madera que se corta en los bosques inmediatos á aquel punto.

Hecha la corta, son arrojadas las piezas á la corriente del rio Blanco [Turia], el cual pasa, conduciéndolas sin obstáculos, por los pueblos llamados Casas Altas, Santa Cruz de Moya, Domeño, Chulilla, Pedralba y otros, hasta la villa de Mislata, recorriendo un trayecto de 20 millas próximamente.

Al llegar á esta última población, operarios preparados de antemano extraen del agua las piezas, y éstas son arrastradas por mulas hasta los almacenes, donde otros operarios, con ayuda de fuertes garfios, las colocan y hacinan convenientemente. Este mismo procedimiento se usa en otras comarcas de España, principalmente en aquellas cuyo suelo fertilizan caudalosos rios, tales como el Ebro, el Duero y el Tajo”.


COMENTARIO SOBRE GANCHEROS Y MADEREROS

Ya desde la “Baja Edad Media”, y casi hasta mediados del siglo XX, se realizó la práctica de trasportar maderas de un sitio a otro, aprovechando el cauce de los ríos (éstos, por otra parte, más caudalosos que en la actualidad). Esta actividad la realizaron los conocidos como “gancheros”, que eran los hombres encargados de guiar los troncos de madera río abajo hasta su destino.

2 imágenes de antiguos gancheros

Pues bien, quiero hacer un comentario sobre estos hombres que temporalmente se dedicaban a este trabajo, siendo una buena parte de los habitantes del Rincón de Ademuz (y con mucho prestigio en el oficio, por cierto) los que se vinieron dedicando a esto, ya desde tiempos antiguos, aportando ingresos a aquellas economías de subsistencia que lo eran para la mayoría de nuestros antepasados comarcanos.

No hay que olvidar a otros muchos que ejercieron de “carreteros”, dedicándose a transportar con sus carros y caballerías los troncos de los árboles que se talaban en las sierras hasta los embarcaderos o “aguaderos” junto a los ríos principales.

Uno de estos importantes embarcaderos es el que había en Ademuz (según nos dice el artículo mencionado anteriormente), y concretamente en el año 1875, ya casi finalizada la III Guerra Carlista y pacificada esta zona, situado junto a la ermita medieval de la Virgen de la Huerta. Desde Ademuz se conducían por el Turia (Blanco o Guadalaviar) las maderas procedentes de las talas de ese término y sus próximos del Rincón. También hasta Ademuz se bajaban maderas procedentes de las sierras de Cuenca, Albarracín y Javalambre mediante carros. De Ademuz, río abajo, y a través de la "Serranía", se conducían hasta Valencia, desde donde se distribuían también a otros puntos, e incluso se embarcaban a puertos del Mediterráneo, como el de Cartagena, principalmente para la construcción naval.

Ademuz. Ermita Virgen de la Huerta (verpueblos.com). Detrás estaba el embarcadero de maderas, río Turia.

Se comprende que en aquella época el río Turia llevaba mucho más caudal que en la actualidad (pues ahora prácticamente sólo se pueden trasportar “palillos de dientes”).

La forma de conducción era normalmente de “troncos sueltos”, excepto en los ríos pirenaicos de Cataluña, Aragón y Navarra, en que se venían transportando atados, formando balsas o “nabatas”, por lo que por allí se denominaba “nabateros” a estos trabajadores madereros.

Esta actividad del trasporte de madera, desde antiguo se vino haciendo por varios ríos españoles (y también europeos), que permitían por su caudal esta actividad, y normalmente, aprovechando los meses de diciembre hasta abril, en que venían más caudalosos (y dependiendo de cada río, urgencia en la fecha de entrega de las maderas, necesidades de riego para las huertas...).

Este oficio de ganchero era muy peligroso, requiriendo mucha fuerza física y habilidad. La única herramienta de que disponían estos hombres era el “gancho”, “bichero” o “bicha”, que consistía en un mango largo de madera con garfio y punta metálicos, para ir conduciendo los troncos por el cauce del río.

Gancho o "bicha"

Quizás, los “gancheros” más conocidos en la actualidad sean los del “Alto Tajo”, gracias al libro de José Luis Sampedro “El Río que nos lleva” (1961), adaptado después al cine en 1989 por Alfonso del Real. En esta obra se relata la vida de estos hombres, ya con las últimas “maderadas”, en los años 40 del siglo pasado, rindiendo un homenaje a ellos.

Cuadrilla de gancheros en Priego. Principios del siglo XX. Publicación Mariano López Marín (autor desconocido)

Cuadrilla de gancheros a principios del siglo XX (autor anónimo)

Pero refiriéndome a nuestra zona diré que, tanto los chelvanos como los ademuceros, tuvieron gran fama como expertos “madereros” o “gancheros”, más incluso que los del “Alto Tajo”, pues mientras estos últimos conducían por el Tajo hasta Aranjuez, por un “río más dulce”, los chelvanos y ademuceros estaban acostumbrados a hacerlo por los ríos Júcar, Cabriel y Turia, ríos mucho más peligrosos por su orografía fluvial. Anualmente, salían cuadrillas de estos puntos (Rincón de Ademuz y Chelva) para dedicarse a este oficio durante varios meses para traer sus jornales a casa, con mucho riesgo para sus vidas y muchas dificultades. A veces llevaban con ellos a alguno de sus hijos menores, que ayudaban a los “rancheros”, hacían recados y otras actividades secundarias. Según López Marín, “así evitaban un gasto en la casa familiar y, al poder ahorrar en pan y vino, obtenían un beneficio extra. La presencia de estos niños de tan corta edad, algunos de los cuales apenas podían hacer otra cosa que vigilar el hato, era consentida por los contratistas ya que así los pequeños aprendían el oficio y ellos se aseguraban la renovación de la plantilla. Por regla general estos niños eran ya a los diez o doce años expertos gancheros”.

Priego y Chelva, fueron las cunas del “ganchero”. Gran fama tuvieron los de Chelva, que por lo visto, eran preferidos a los de Priego, por lo que se ha explicado antes (acostumbrados a ríos de más riesgo). Año tras año, "una ingente legión de gancheros de Chelva se trasladaba a la sierra conquense, requeridos para su oficio". También tuvieron gran fama los de Cofrentes.

Incluso hay noticias, según López Marín, de la presencia de trabajadores del Marquesado de Moya y de la zona del Turia, en la preparación y conducción de maderadas por el río Guadalope (Teruel) hasta el Ebro, a finales del siglo XVIII.


EMBARCADEROS, AGUADEROS Y CANTALARES

Según Mariano López Marín, y extraído de su excelente trabajo “Bosques, madera, maderadas y gancheros en el Marquesado de Moya”, éstos eran los embarcaderos o “aguaderos” que históricamente hubo en el Rincón de Ademuz: 

- El ya comentado aguadero de Ademuz, embarcadero principal en el Turia, que estaba situado a la altura de la ermita Virgen de la Huerta; por el aguadero de Ademuz salían las maderas procedentes de la tierra de Albarracín, Frías, Terriente y otros lugares, bajando por el corredor del Cañigral, atravesando todo el término de Salvacañete, y entrando en los de Castielfabib y Ademuz por la Casa del Mojón, las Tóvedas y la Rambla de la Virgen hasta el citado cantalar. También salían por este embarcadero las maderas de Salvacañete, Salinas del Manzano, Zafrilla, pueblos situados en la zona Oeste del Marquesado de Moya y las de Camarena que venían desde el Este”.

- En Ademuz hubo otro, el del Rosell: a éste (el de la Virgen de la Huerta) se añadirá más tarde otro aguadero en la explanada que hay saliendo hacia Valencia, pasado el riachuelo de Vallanca o Boilgues donde también se construyó una ermita conocida localmente como del Rosell. A estos dos aguaderos, ambos sobre la orilla derecha del río, se traían para embarcar los pinos procedentes de las regiones madereras del Oeste”; “Al aguadero del Rosell, según comenta el profesor Piqueras, debían llegar las maderas procedentes de Negrón, aldea de Vallanca situada en las estribaciones de Santerón y del ya citado extenso Pinar Llano compartido por los términos de Vallanca, Ademuz, Casas altas y Casas Bajas y recorrido de Norte a Sur por el antiguo camino de Ademuz a Moya y a Santa Cruz de Moya por el caserío de Asturias”.

- Además de estos de Ademuz, había otro aguadero en Más de Jacinto, en el Turia, casi en el límite con Teruel “próximo a Torrealta, al que se podía bajar madera tanto de la parte de Albarracín como de Camarena (Javalambre), siguiendo el valle de Riodeva”.

- Frente a Torrebaja existía otro aguadero, en el margen izquierdo del mismo río, en la partida de “La Palanca” o “El Otro Lado”; Hasta allí baja un camino recordado por algunos habitantes del lugar como Camino de la Madera, que viene desde los pinares de Camarena y en especial de la renombrada Dehesa de la Truena, donde en la segunda mitad del siglo XVIII se cortaron muchos pinos para el Arsenal”.

- Hubo otros dos, el de Mas del Olmo y el de Casas Bajas; este último en la margen derecha del Turia hasta donde llegaría la madera del Pinar Llano por el camino del mismo nombre”.

- Por último, comentar que, aunque ya fuera del Rincón, aguas abajo del Turia, hubo un importante embarcadero en La Olmeda, en Santa Cruz de Moya (Cuenca), al que hago referencia por su proximidad e importancia, “allí se bajaba la madera a través del camino carretero que pasaba por el rento de Asturias (Moya). La recorrían carreteros de Moya y sus pedanías, de Fuentelespino de Moya y Henarejos con maderas de esos lugares, de Campillos de Paravientos, Algarra, Garcimolina y a veces del Cubillo y Alcalá de la Vega”.

Maderadas por el río Cabriel (requena.es)

CARRETEROS

Otra actividad en la que se ocuparon muchos hombres de la zona, fue la de los “carreteros”, que bajaban en carros la madera que se talaba en las partes más altas de las sierras. Concretamente, procedentes de las talas de las sierras de Cuenca, de Albarracín y de Javalambre, además la las propias del término del Rincón de Ademuz.

Quizás el más conocido camino maderero era el que, por el término de Salvacañete, Casa del Mojón, y las Tóvedas, bajaba por la Rambla de la Virgen hasta el embarcadero de Ademuz. Por éste se transportaban maderas procedentes de la zona de Albarracín, y también las que se talaban en los términos de Salvacañete, Salinas del Manzano y Zafrilla, entre otros.

Carretero. (Historia de Covaleda)


CONSIDERACIONES

Para finalizar, quiero decir que mi abuelo materno, Vicente Morales Luis, de Torrebaja, se dedicó al oficio de ganchero, a principios del pasado siglo XX, y luego fue guarda forestal hasta su jubilación, al igual que su hermano Tomás, que lo fue por la zona de Chelva.

Por último, decir que con esta sencilla publicación, sólo pretendo dar a conocer una pequeña parte de nuestra historia y de estos oficios, en que se empleaban una buena parte de nuestros ascendientes desde siglos atrás.

Sí que me permito aconsejar, para quien le interese el tema y quieran profundizar mucho más, la lectura del libro de MARIANO LÓPEZ MARIN: “Bosques, madera, maderadas y gancheros en el Marquesado de Moya”. Ediciones Rodeno, 2020. Excepcional trabajo del amigo Mariano.

 

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES:

Revista “Ilustración Española y Americana” (22-10-1875)

“Madera y Gancheros de Chelva”. José Luis Lindo Martínez, cronista oficial del Real Sitio de Aranjuez. De la “Conferencia dada en Chelva (Valencia)” el 16-8-2007. www.cronistasoficiales.com.

López Marín Mariano “Bosques, madera, maderadas y gancheros en el Marquesado de Moya”. Ediciones Rodeno, 2020.

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