AÑO 1874. MESES DE AGOSTO A DICIEMBRE. III GUERRA CARLISTA

Teruel. Ataque Carlista 4-8-1874. Acueducto Los Arcos (Miscelánea Turolense)

Retomando el tema donde lo dejé en mi última publicación sobre esta 3ª Guerra en la zona, paso a desarrollar lo ocurrido desde agosto hasta final de este año 1874. Recordar los acontecimientos que habían tenido lugar el anterior mes de julio: intento de tomar la ciudad de Teruel, paso por Torrebaja de “los príncipes” Alfonso y María de las Nieves con su Estado mayor, la ocupación y saqueo de Cuenca, acción de liberación de presos procedentes de Cuenca en Salvacañete,...

A primeros de agosto de 1874, hay otro intento fallido de los carlistas por ocupar Teruel, justo un mes después del primer ataque (que fue el 3 de julio de ese año). También a cargo de fuerzas mandadas por los infantes (o príncipes) Alfonso y María de las Nieves, los cuales parten de su cuartel en Chelva a finales de julio, vía Sarrión, y junto a otras fuerzas que partieron del Rincón de Ademuz, vía Villel, llegan ante la capital (Teruel) el 3 de agosto. Como se verá en las noticias que siguen, se presentó en Teruel, lo más nutrido del ejército carlista llamado del “Centro y Cataluña”, que en esos momentos mandaba como general en jefe, el infante Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este (hermano del pretendiente Carlos VII), siendo jefe de Estado Mayor, el general Antonio Lizárraga Esquiroz.

Referente al Rincón de Ademuz, por las noticias anteriores y las que siguen, deduzco que tras la toma de Cuenca (15 de julio), y la inmediata acción de Salvacañete (19 de ese mes), queda en la comarca un importante contingente de fuerzas carlistas que, seguramente y en su mayoría, procede de la antigua división de José Santés y Murgui (destituido en abril) y que ahora manda Monet (Manuel Monet y Martel). Esta fuerza, engrosada por otras facciones valencianas y del Maestrazgo, formará una no despreciable fuerza, que parte a Teruel en número de 5.000, a unirse con los “Infantes” para atacar esa capital.

Dos noticias de prensa, entre el 1 y 2 de agosto:

"Las fuerzas carlistas que había en Ademuz, es decir, unos 5.000 hombres, han marchado a Villel. Hacia el mismo punto se dirigen también las de don Alfonso y doña Blanca, para reunirse a las primeras. En Teruel se cree que todas ellas se proponen caer nuevamente sobre dicha ciudad. Los vigías establecidos en Teruel anunciaron ayer la presencia en las inmediaciones del cementerio de un grupo de 20 a 30 hombres armados. En el acto y sin que precediese toque de generala ni aviso alguno se presentaron espontáneamente en sus respectivos puestos los voluntarios como un sólo hombre. También fueron reforzados en el acto los puestos de guardia, aumentándose el servicio de vigilancia. El grueso de las facciones se hallaba en Segorbe y sus avanzadas al mando de Corredor [José Corredor] en Barracas, según noticias facilitadas en el ministerio de la Gobernación”.

Ademuz. Ermita Virgen de la Huerta (ermitascomunidadvalenciana.com)

Villel (villel.com)

"Del interior de dicha población [Teruel] se sabe que tanto la guarnición como los voluntarios están resueltos a defenderse a todo trance y a volver a escarmentar duramente a las facciones”.

El pretendiente carlista Carlos VII relata la III Guerra:

“De Chelva [D. Alfonso] partió a tierras aragonesas. El 2 de agosto [1874] llegó a Sarrión, para volver a atacar Teruel. En aquella ocasión nombró al general Lizárraga [Antonio Lizárraga y Esquiroz] como jefe del Estado Mayor. Al día siguiente [agosto 3] se presentaron ante Teruel, aunque no se dio la orden de atacar hasta el 4 de agosto. La acción duró hasta las seis de la tarde, en que se recibió la intimación para que se rindiera la guarnición, a lo que contestó el brigadier Santa Pau [Jacinto Santa Pau y Bayona] rechazándola. Nos retiramos por Corbalán a Alcalá de la Selva, pues acudían las columnas de Iriarte y Lasso [José Lasso y Pérez]. En Alcalá de la Selva se le unió Gamundi [Isidro Pascual Gamundi]”.

Antonio Lizárraga y Esquiroz (tradicionviva.es)

Jacinto Santa Pau y Bayona

Isidro Pascual Gamundi

Una publicación mensual de Madrid, denominada Cosas del Año”, nos aporta una importante información sobre el intento de ocupación de la ciudad de Teruel por parte de los carlistas a primeros de agosto de 1874:

“Grandes son los deseos que las fuerzas carlistas que manda el hermano del Pretendiente [D. Alfonso] vienen mostrando por la posesión de Teruel; deseos que hasta el presente se han venido estrellando en la resolución de los habitantes de dicha capital, que en ataques repetidos han logrado el triunfo, sobre las huestes del carlismo. Después de las escenas de heroísmo que en el mes anterior [julio 3] presenciaron los muros de la ciudad invicta, las fuerzas absolutistas se presentaron a la vista de la misma el día 3 del pasado mes [agosto], y el cabecilla Lizárraga [Antonio Lizárraga y Esquiroz] que las mandaba dirigió a su gobernador militar [Jacinto de Santa Pau y Bayona] la siguiente intimación”:

“Ejercitó real del Centro y Cataluña.- Estado mayor general.- S.A.R. El Sermo. señor infante D. Alfonso de Borbón y Austria, general en jefe del ejército real del Centro y Cataluña, me ordena dirigirme a usted para manifestarle que está resuelto a llevar las operaciones de embestida contra esa plaza hasta el extremo de rendirla; que cuenta con medios sobrados para llevar a cabo su objeto, y que espera de sus sentimientos humanitarios que no se empeñará en una defensa que no tendrá otro fin que derramar sangre inútilmente, y tal vez envolver en llamas a esa histórica ciudad.

En cambio, S.A.R., por un impulso de su generoso y magnánimo corazón, acaba, en proclamas recientemente publicadas, de prometer tratar con benevolencia a los pueblos que reciban como amigas a las fuerzas reales y les abran sus puertas y entreguen sus armas.

Esto mismo ofrece a Teruel, si contesta Vd. a esta comunicación, con la rendición de la plaza en el término de dos horas. Dios guarde a Vd. Muchos años.

Campamento sobre Teruel a 4 de Agosto de 1874.- El general jefe de estado mayor general, Antonio Lizárraga.- Señor gobernador militar de Teruel [Jacinto de Santa Pau]”.

“El brigadier Sr. Santa Pau, contestó en los términos que siguen”:

“Gobierno militar de la provincia de Teruel.- El honor militar tiene sus leyes, de las que no es posible prescindir.

Este me ordena defender la plaza hasta el último momento, cualesquiera que sean las consecuencias del ataque, de las que yo nunca podría ser responsable.

Aunque este motivo no fuese suficiente para tomar esta determinación, el espíritu de este vecindario, de la guarnición entera y de las autoridades, me obligarían a seguir este camino con el ánimo sereno y la conciencia tranquila.

Lo que tengo el gusto de participar a Vd. por contestación a su atenta comunicación de esta fecha. Dios guarde a Vd. muchos años.

Teruel 4 de Agosto de 1874.- El brigadier gobernador, Jacinto de Santa Pau.- Sr. D. Antonio Lizárraga”.

“Según los datos oficiales, las fuerzas sitiadoras pasaban de 10.000 hombres, mandados por los siguientes jefes: Freixa [Cayetano Freixa y Puig], 3.000 de la antigua facción Santés [José Santés y Murgui]; Cucala (padre) [Pascual Cucala Mir], cuatro batallones; Vallés [Francisco Vallés Roselló], tres; Segarra [Tomás Segarra y Vergés], tres; Corredor [José Corredor], dos; zuavos [guardia de honor que acompañaba a D. Alfonso Carlos y Dª Blanca], ocho compañías; 500 caballos al mando de Monet [Manuel Monet Martel], titulado brigadier, y cuatro piezas de artillería a las órdenes de un coronel.

Estas fuerzas iban al mando de D. Alfonso y doña Blanca. Su estado mayor lo componían: Lizárraga como general; los hijos del infante D. Enrique, coroneles; tres comandantes, un capitán y cinco paisanos, entre ellos dos franceses.

El día 3 [agosto] al anochecer llegaron a la vista de la población, y aunque la oscuridad impedía verles, el ladrido de los perros del arrabal les denunció; al poco rato se oía distintamente el ruido de horadar paredes, romper puertas y formar barricadas: eran dos batallones de Segarra y uno de Freixa, que habían ocupado las casas. Los bravos defensores, apostados en la muralla desde el día anterior, se limitaron a observar estos preparativos para con la claridad del día poder hostilizar mejor al enemigo.

El fuego rompiose antes de amanecer [agosto 4] por una descarga hecha con sus cuatro cañones: al momento se generalizó en toda la línea con una rapidez tal que parecía furia, continuando así sin amenguar nada las quince horas que duró.

La línea de defensa la formaban 150 soldados de la reserva al mando de sus capitanes D. Rafael Hernández y D. Ambrosio Martínez; 80 guardias civiles con su capitán D. José Zúñiga y cuatro compañías de la Milicia con sus comandantes D. Ramón Gómez y don Vicente Tarrat, y sus capitanes D. Manuel Garzarán, D. Mariano Muñoz Nougués***, D. Nicolás Monterde y D. Pedro Hureso; la defensa del distrito, estaba a cargo del comandante de la caja de quintos de Vicente Gómez y Díaz de Rada.

La artillería, servida por la compañía de Milicia al mando de su capitán D. Benito Bonet, con algunos soldados de la reserva recientemente instruidos, fue hábilmente colocada por el comandante de artillería de la plaza, teniente facultativo, D. Manuel Bonet y Calzá, que habilitando explanadas para tirar y utilizando postigos consiguió dirigir las cuatro piezas sobre el enemigo.

Después de adquirir el gobernador militar por los vigías colocados en las torres, por los partes de los guardias y por sus propias observaciones, la certeza de que era éste el único punto de ataque, acudió a él para mejor tener las disposiciones en vista de las circunstancias.

Como el día adelantaba y el enemigo seguía hostilizando con igual tenacidad, decidió apagar sus fuegos del arrabal concentrando los de toda la línea sobre aquel punto, operación que produjo muy buen resultado, puesto que se consiguió casi por completo, apareciendo luego la bandera de parlamento.

Serían las seis de la tarde [agosto 4], y como había que relevar fuerzas, tomar precauciones y arreglar cuantos detalles se creyeran convenientes, les concedió éste y mandó cesar el fuego. Llegado el parlamentario, le entregó el oficio que hemos transcrito y que fue inmediatamente contestado.

Despachada esta contestación, el Sr. Santa Pau tomó las disposiciones convenientes para rechazar el asalto, pues no ignoraba habían llevado los pueblos inmediatos de orden de D. Alfonso sobre 300 escalas.

Pasada la noche sin que se notase movimiento por ningún punto, al amanecer del día 5 varias descargas del enemigo, contestadas por los defensores de Teruel, fueron la señal de huida de los carlistas, que traspusieron los montes en dirección a Corbalán.

La llegada de las columnas Iriarte primero, y Lasso después, explicó más tarde el motivo de una retirada tan precipitada.

Dignas son de elogio ambas columnas por su atrevido movimiento para socorrer a Teruel.

Aisladas, y con muy poca fuerza para combatir con D. Alfonso, cada una de por sí resolvió arriesgarse, llegando la de Iriarte a las nueve de la mañana, y la de Lasso a las cinco de la tarde, si bien éste, además de venir por el camino por donde D. Alfonso se retiró, tuvo que evadir el combate con Gamundi, que tenía instrucciones para detenerle. El gobernador militar Santa Pau ordenó luego un reconocimiento en el campo enemigo, donde se encontraron varios objetos de guerra, entre ellos una cartera con el plano de Aragón y otros papeles, muchas viandas preparadas y escalas que fueron inutilizadas, algunas casas ardiendo, y otras con el mobiliario destrozado.

Las pérdidas de los defensores fueron cuatro muertos, 13 heridos y siete contusos.

Los carlistas, según datos adquiridos por los prisioneros y por un guardia, tuvieron sobre 30 muertos y de 80 a 100 heridos”.

            *** Mariano Muñoz Nougués fue diputado a Cortes en la 1ª República y seguidor de Emilio Castelar. Dirigió en Teruel la Milicia Nacional en 1874. Fundó la Sociedad Económica  de Amigos del País en Teruel y fundó en la misma la Caja de Ahorros. En Teruel hay una calle dedicada a su nombre.

El día cuatro de agosto (azulejos con coplas turolenses)

Teruel. Placa calle Mariano Muñoz Nogués

Tras este último intento fallido de entrar en Teruel, el grueso de las facciones se retira hacia varios puntos de esa provincia y limítrofes.

A mediados de agosto las fuerzas carlistas de D. Alfonso se hallan ubicadas en Cantavieja. Otro importante jefe carlista, Angel Casimiro Villalaín, desde Molina de Aragón toma la dirección de Albarracín hacia Camarena y Ademuz.

Alfonso Carlos y María de las Nieves, duques de San Jaime (requetes.com)

Angel Casimiro Villalaín (grabado de Ilustración Española y Americana)

Transcurre el mes de agosto, Requena, prevenida ante la posibilidad una nueva tentativa de ser atacada, continúa fortificándose y sigue fuerte contra el Carlismo. Noticias de mediados de este mes:

“El presidente del Consejo de ministros [Juan Zavala y de la Puente] ha encargado al general Pavía [Manuel Pavía y Rodríguez de Albarquerque] que en nombre del gobierno dé las gracias a aquellas autoridades y vecindario [de Requena] por su patriótico comportamiento, y que proponga las recompensas a que se han hecho acreedores”.

“Felicitamos a los liberales de Requena por su patriótica actitud, y no duden que cuantos sacrificios hagan en pro de la libertad serán estimados en su verdadero valor por los buenos ciudadanos. Sigan los de Requena por la senda en que bajo tan buenos auspicios se inician, y alcanzarán el apreció de todas las personas honradas y agradecimiento de la patria”.

Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque, en aquellos momentos general en jefe del Ejército del Centro gubernamental, quiso asegurar la “Línea Valenciana”, antes de atacar definitivamente el Maestrazgo. Pero según él, había dos “puntos débiles”: Chelva y el Rincón de Ademuz, “cuyos habitantes eran partidarios del Carlismo”, y que interesaba reducir de inmediato.

General Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque. (fotografía de Serrano23)

“Pavía aseguró la línea valenciana, relativamente bien armada y guarnecida aunque tenía dos puntos débiles: en el centro Chelva; a la izquierda de la línea, precisamente la brecha del Rincón de Ademuz...”.

[Agosto, del 18 al 21] “Tenemos ya algunos detalles de la marcha verificada por el general Pavía desde Valencia a Aragón. Después de haber revistado las fuerzas militares de la capitanía general de Valencia, y de haber organizado por sí mismo una formidable línea de defensa, que va de Sagunto a Requena, dejando libre de las correrías de las facciones la mayor parte de la provincia de Valencia, salió de Utiel el 18 [agosto], al frente de una brillante división, en la que figuran algunos bravos y veteranos batallones de cazadores y fuerzas de todas armas, y cruzando por Sinarcas y por encima de Chelva aquellas montañas, guarida del carlismo, sin que los soldadas del Pretendiente se atreviesen a disputarle el paso, llegó el 21 a Teruel, en donde va a organizar las fuerzas de la capitanía general de Aragón, para que obedezcan a un mismo pensamiento, y pueda emprenderse enérgicamente la campaña”.

Por su interés histórico, y referido a nuestra comarca, reproduzco aquí parte de un testimonio del 30 de agosto de 1874 publicado en el periódico “Las Provincias” de Valencia:

Un Carlista arrepentido:

“… Bien pronto logré alcanzar en las facciones algunos cargos de importancia, que me permitieron enterarme de todas las interioridades, pero apenas hube conseguido esto, perdí todas las ilusiones al ver palmariamente que nadie pensaba en procurar el bien del pueblo, sino por el contrario sólo en saquearle para medrar a sus costas y adquirir furtivamente una considerable fortuna. Dígalo el pueblo de Viver, que tiene cubierto el pago de un año de contribución y aún le adeudan 160.000 reales por raciones en etapa que difícilmente cobrará, y esto sin contar las multas que le han impuesto. Dígalo también Castielfabib, pueblo de reducido vecindario, que paga al gobernador militar carlista de Ademuz, 1.500 reales al mes para costear una ronda que tiene aquel jefe a sus órdenes ... por todo lo cual se comprenderá que en los pueblos dominados por los facciosos, el contribuyente no hace más que pagar mientras que el bracero, no permitiéndole sus constantes servicios a los carlistas ganar un jornal, tiene que dejar perecer de hambre a su familia…-  Valencia 30 de agosto de 1874. Miguel Casañ”.

Castielfabib. Iglesia-Fortaleza

A primeros de septiembre temía el Gobierno otro ataque sobre la ciudad de Cuenca (como había ocurrido en julio de este mismo año). Varias circunstancias lo hacían intuir: la falta de correo de Cañete”, “la estancia de facciosos en Las Majadas y Tragacete”, “la petición de raciones hecha por Cucala [Pascual Cucala Mir] a varios pueblos del itinerario a Cuenca”, “el encaminarse Villalaín [Angel Casimiro Villalaín] hacia el Rincón de Ademuz y otras circunstancias”. Por lo cual llegó a Cuenca una columna de operaciones y se dio gran impulso a los trabajos de fortificación y defensa de esta ciudad.

Por entonces es cuando los carlistas comienzan a salir de su “cuartel general” de Chelva. Según noticias del diario “La Época”, “el lunes [septiembre 7] marchó de Chelva la facción Monet [Manuel Monet Martel], asesinando antes a dos liberales de aquel pueblo, cada uno de los cuales deja cinco hijos huérfanos. También pusieron en capilla los carlistas al alcalde y a su mujer por haberse mezclado en una contienda habida noches pasadas entre los facciosos, que anduvieron a tiros por las calles del pueblo, y a la fecha de las últimas noticias continuaban presos aquellos dos desgraciados. En Chelva, pues, han quedado solamente los carlistas que constituyen la llamada comandancia militar”.

El día 14 de septiembre, a primera hora, parte de Chelva otra expedición carlista: “se encaminaron hacia Utiel, aunque no con el intento de atacar a Requena, cosa para ellos en extremo difícil y peligrosa. El cabecilla Monet ha caído también en desgracia. Ya le han separado del mando de sus tropas y es sólo un prisionero de D. Alfonso. La causa de la exoneración y del arresto nos es conocida. Los liberales de Chelva, tan pronto como tuvieron noticia de que Monet había mandado fusilar bárbara e inhumanamente a dos de sus correligionarios, fulminaron contra aquel cabecilla, y con ánimo de cumplirla, no sabemos qué terrible amenaza.

Desde dicho instante Monet se consagró tan sólo a recoger y acaparar cuánto dinero encontraba a mano, con ánimo, sin duda, de escaparse con el santo y la limosna [quedarse con todo]. Apenas llegó esto a noticia de don Alfonso ordenó éste que prendieran a Monet, y así se ha efectuado. No se le ha nombrado todavía sucesor efectivo, porque se cree entre los mismos carlistas que, teniendo mucho dinero Monet, le será fácil volver a la gracia de los príncipes. Los partidarios más íntimos de Monet acusan a los titulados príncipes de haber ordenado al cabecilla que acabara de intimidar a los liberales de Chelva con un espectáculo sangriento, y por este medio se conseguiría además hacer recobrar a las huestes carlistas parte de la fuerza moral que iban perdiendo”.

Un grupo de los que salen en esta fecha (14-09-1974) de Chelva, es el dirigido por el coronel carlista D. Miguel Lozano y Herrero, que por encargo de D. Alfonso, y con 500 infantes, 33 de caballería y varios oficiales, inicia una expedición a Andalucía, vía Utiel, Caudete de las Fuentes, Villargordo del Cabriel, Venta del Moro, Casas Ibáñez, Hellín, hacia Murcia y Almería. Esta expedición terminó con la vuelta a Chelva de buena parte de los voluntarios que formaron parte de ella, y la detención y ejecución (ya a primeros de diciembre) de este brillante militar carlista natural de Jumilla.

Miguel Lozano Herrero

Una noticia del diario “La Época” de 21 de octubre dice: “El Coronel Lasso [José Lasso y Pérez] llegó anoche al Campillo de Teruel con un convoy que Villalaín mandaba a Chelva y que apresó en Alcalá de la Vega [Cuenca]; cuyo convoy se componía de tres cargas de armas y unas 80 fanegas de trigo y cebada, gran cantidad de arroz y sal, colchones y ropas de cama, En dicho, encuentro le fueron hechos a la facción ocho prisioneros”.

A partir de mediados de octubre de 1874, Cañete ya es ocupado por el ejército gubernamental. Los carlistas intentan otro ataque a Requena (octubre 22), pero apenas se acercan a la ciudad. Merodean Utiel, Villar de Olmos y la zona. Roban ganado, cobran contribuciones y se llevan rehenes, y parten con dirección a Chelva.

“El general Salazar participa que a las siete de la noche del 21 [octubre] ocupó con las fuerzas de su mando el pueblo de Cañete y su castillo, cogiendo dos prisioneros y recogiendo en Huerta [del Marquesado] 500 cabezas de ganado lanar, que el cabecilla Villalaín [Angel CasimiroVillalaín] tenía preparadas para su gente”.

“El periódico valenciano Las Provincias recibido ayer, completa los detalles que publicamos respecto al ataque de Requena por los carlistas. Según dicho periódico, la facción de caballería que se aproximó el jueves último [octubre 22] a aquella ciudad iba mandada por Checa. Apenas se hubo acercado aquella fuerza, se disparó un cañonazo desde la batería del Cristo, lo cual sirvió de aviso a los labradores que estaban cogiendo el azafrán para retirarse a la ciudad. Como las puertas estaban abiertas, salieron unos 700 nacionales armados en busca de sus familias, y al saber que los carlistas se había retirado al Cerro Colorado, cargaron sobre ellos, haciéndoles un fuego muy nutrido, hasta que los obligaron a abandonar sus posiciones y a declararse en retirada. Al llegar los facciosos al caserío denominado la Motilla, hicieron alto para descansar y los voluntarios se volvieron a la ciudad por carecer de cartuchos. Los requenenses no tuvieron desgracia alguna; pero los carlistas en cambio se llevaron unas cuantas mulas, algunos rehenes y sobre 40.000 reales”.

Según noticias de prensa, a finales de octubre se hallan casi terminadas las obras de fortificación de Cañete, donde se pretende mantener una guarnición de 500 hombres.

Cañete. Castillo (turismocastillalamancha.es)

Noticias sobre el hospital militar carlista de Chelva, a finales de octubre de 1874:

“El hospital militar que los carlistas tienen en Chelva se halla en muy mal estado. Así se desprende de un oficio, que ha sido interceptado, y en el cual el director del hospital, D. Mariano González, que se titula subinspector médico y comandante de caballería del ejército real, se dirige al cabecilla Velasco [Gerardo Martínez de Velasco], a quien titula general en jefe de dicho ejército, exponiéndole la falta de recursos, dice que el material y parte del personal del hospital de Chelva se ha trasladado al de Mora de Rubielos, a diez y seis leguas, sin que haya en aquella comarca otro punto de albergue para los heridos de la facción. A la fecha de este oficio [30 de octubre] había ya en Chelva varios heridos en el suelo, con simples jergones, por haberse llevado a Mora 86 camas. Habiendo tenido que desalojar los carlistas a Beteta y Cañete (provincia de Cuenca), han ido de allí más de treinta heridos a Chelva, con lo cual se ha agravado la situacion. 

El oficio a que acabamos de referirnos va dirigido como general en jefe, al “Excmo. Señor D. Gerardo Martínez de Velasco”; pero otras cartas de Chelva, fecha también del día 30, que han sido igualmente interceptadas, dan a entender que ya no es Velasco el jefe de las facciones de este distrito, si no el cabecilla Rada [Eustaquio Díaz de Rada y Landívar]Estas cartas son de dos oficiales carlistas que se hallan en Chelva, y las dirigen al hermano de uno de ellos que ha venido al Maestrazgo con el nuevo general Rada. Uno de los que escriben perteneció a la oficialidad del ejército, y dice que los de su clase no pueden de manera alguna continuar sirviendo en este distrito, donde hacen un papel ridículo”.

Chelva. Convento de San Francisco. Hospital en la Guerra Carlista (verpueblos.com)

Gerardo Martínez de Velasco (Historia Fotográfica de la última Guerra Carlista)

Entre mediados y finales de noviembre de 1874, facciones carlistas procedentes de Chelva, y al mando de Angel Casimiro Villalaín, Manuel Monet Martel y Gerardo Martinez de Velasco, hacen incursiones por la zona de Utiel-Requena y La Mancha, en busca de alimentos y dinero. Luego vuelven, deshaciendo sus pasos a Chelva (probablemente algunas de estas fuerzas quedaran en el Rincón de Ademuz). Aquí algunas noticias:

“El cabecilla Villalaín ha salido por último de su guarida de Chelva, donde debía experimentar ya todo género de escaseces, y se dirige hacia la Mancha, en busca de dinero y raciones. El viernes último [noviembre 13] se presentó en Camporrobles con tres batallones y 200 caballos, exigiendo 2.000 raciones, 150 fanegas de cebada y 6.000 rs., saliendo después unos 100 caballos en dirección a la Minglanilla”.

“Los carlistas mandados por Velasco [Gerardo Martínez de Velasco], que lleva a sus órdenes unos 2.000 infantes y 800 caballos, entraron en Utiel el sábado [noviembre 21] a las cuatro de la tarde, con objeto de recoger el dinero y raciones que el día anterior habían pedido por medio de oficio al alcalde de aquella villa. Al ver que nada se había preparado para facilitarles los fondos que pidieron, mostráronse irritadísimos, y trataron de pegar fuego a la importante villa para castigar su desobediencia a las órdenes de los cabecillas. A fuerza de súplicas, y por la intervención de muchas personas sensatas, consiguieron disuadirles de su bárbaro propósito; pero continuó el pánico entre el vecindario al ver que por orden de los jefes, y divididos en pelotones, procedían los carlistas a detener presas hasta unas noventa personas, en su mayor parte mujeres, y abundando entre ellas las que pertenecen a familias de ideas carlistas, pues los guerrilleros ni respetan al sexo débil ni están muy amables con sus correligionarios ojalateros”.

De un periódico de Valencia tomamos la siguiente carta, fechada en Requena el 28 de noviembre:

“Ayer mismo decía usted en su periódico, y también lo decía Las Provincias, que Velasco, con 3.000 hombres y 250 caballos había pasado por Utiel, Villargordo e Iniesta; pues bien, para que V. sepa la verdad, le contaré, aunque con retraso, lo sucedido con estas facciones: ya sabe V. que en un mismo día [noviembre 21] se presentaron Velasco en Utiel y Monet en Siete Aguas; Velasco dispuso que sus secuaces fuesen de casa en casa sacando lo que pudo, y no quedando satisfecho con lo que recaudó, dispuso apresar a todos los contribuyentes que pudo de los pocos que han quedado, manifestándoles que por cada día que tardaran en entregar lo que había exigido al pueblo, les daría diez palos a cada uno, y si esto no era bastante, “se vería en la necesidad” de hacer algunas ejecuciones para escarmiento de los demás pueblos; no sabemos hasta qué punto habrá cumplido lo que les manifestó haría, pues se los llevó a Chelva. Monet, con tres batallones y muy poca o ninguna caballería, llegó a Siete Aguas y exigió y recaudó sobre 4.000 rs., retrocediendo por los mismos pasos a Chelva y juntándose en este punto con Velasco y su infantería; la caballería de este cabecilla se dirigió desde Utiel a La Mancha, dirigiéndose en grupos, sacando de los pueblos cuanto han podido recaudar… una vez reunidas las fuerzas en Casas de Ves, se dirigieron a Sinarcas, pasando por Toya [Villatoya], Venta del Moro y Fuenterrobles, pernoctando en el citado pueblo de Sinarcas con más de cien caballerías cargadas de botín. No sé a punto fijo la dirección que estas fuerzas habrán tomado luego; pero sin duda habrá sido Chelva o el rincón de Ademuz”.

El día 19 de diciembre, las facciones de “Vallés” (Francisco Vallés Roselló), “Segarra” (Tomás Segarra), y “Panera” (Ramón Piñol), llegan a Villel procedentes de La Puebla de Valverde, y el día 20 “después de oir misa” marchan hacia Albarracín. El 21 estaban en Gea de Albarracín, desde donde hacen “cuantiosos pedidos de raciones y dinero a todos los pueblos del Cella [río Jiloca]. Vallés es el que manda este grupo, que anduvo en aquellas fechas por los pueblos de la Sierra de Albarracín.

Francisco Vallés Roselló

“De Ademuz (Valencia) se han llevado últimamente los carlistas 168 personas, la mayor parte mujeres y ancianos, por haber huido todos los hombres que tienen hijos o parientes en el ejército”.

Aquí dejo el año 1874. Aún queda algo más de un año de guerra...

 

CONTEXTO HISTÓRICO

Vigente la I República Española, el 3 de enero de 1974 se produce el golpe de Estado del general Manuel Pavía, y se hace cargo del gobierno el general Francisco Serrano (Duque de la Torre). Este período es denominado “República Unitaria” o “Dictadura de Serrano”, y se prolongaría hasta finales de este año, para dar paso a la llamada “Restauración”, devolviendo el trono de España a un Borbón, Alfonso XII, hijo de la que fue reina Isabel II, entonces en su exilio francés.

El pretendiente al trono por el bando carlista D. Carlos María de Borbón y Austria-Este.

Este período político se puede considerar, y así lo consideran muchos historiadores, una transición entre la 1ª República Española y la Restauración Borbónica con la llegada de Alfonso XII.

Desde el 26 de febrero de 1874, y hasta el 3 de septiembre, pasa a presidir el Consejo de Ministros el general D. Juan de Zavala y de la Puente. Gobierno apoyado por los militares y compuesto por republicanos unionistas, progresistas y demócratas moderados. La mayor prioridad de este gobierno fue, sin duda, terminar con la Guerra Carlista.

En julio de 1874, el general Juan de Zavala de la Puente, Presidente del Consejo de Ministros, toma directamente la dirección de la Guerra hasta septiembre. Se intensifican las operaciones contra los carlistas en la guerra.

El 3 de septiembre es nombrado Presidente del Consejo de Ministros D. Práxedes Mateo Sagasta, miembro del Partido Constitucional. Continúa la línea política, con pocas modificaciones en el Gobierno, que estaría vigente hasta finales de año.

El 27 de diciembre de 1874 se produce el “Pronunciamiento de Sagunto”, protagonizado por el general Arsenio Martínez Campos, con el fin de restaurar la monarquía borbónica en la figura de D. Alfonso de Borbón y Borbón, que reinaría como Alfonso XII, y se trataría de una monarquía constitucional. El 31 de este mes el general Fernando Primo de Rivera, capitán general de Madrid, forma un gobierno provisional a cargo de D. Antonio Cánovas del Castillo, del partido conservador, y principal valedor del rey Alfonso. Con esto queda finiquitada la Primera República Española, y se instaura la monarquía de Alfonso XII. Comienza un período conocido como la “Restauración”.

Alfonso tenía entonces 17 años y residía en Gran Bretaña. Llegará a Madrid el 14 de enero de 1875.

Carlos VII (Gaspard-Félix Tournachon - NYPL Digital Gallery)

General Francisco Serrano y Domínguez (fotografía de Gaspard-Félix Tournachon)

Juan Zavala de la Puente (retrato anónimo, Museo Naval de Madrid)

Práxedes Mateo Sagasta (fotografía de Christian Franzen)

Alfonso XII. Óleo de federico de Madrazo


BIBLIOGRAFIA Y FUENTES:

 Periódico “El Imparcial” (Madrid): 5 agosto 1874.

Periódico “Boletín de Comercio” (Madrid): 6 agosto 1874.

César Alcalá. “Carlos VII nos relata la Tercera Guerra Carlista”. www.lavoz.circulocarlista.com

Publicación mensual “Cosas del Año” (Madrid) (Suplemento de “El Cascabel”): agosto 1874.

Periódico “La Iberia” (Madrid): 16 agosto 1874.

Periódico “El Imparcial” (Madrid): 17 agosto 1874.

Rodríguez Gómez, José M. “La Tercera Guerra Carlista 1869-1876”. Editorial Almena, 2004.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 26 agosto 1874.

Periódico “El Bien Público” (Mahón): 18 septiembre 1874.

 “Narración Militar de la Guerra Carlista de 1869 a 1876”. El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. TOMO XIV, 1889.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 11 septiembre 1874.

Periódico “La Igualdad” (Madrid): 18 septiembre 1874.

Pérez Crespo, Antonio. “El Cantón Murciano”. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia, 1990.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 21 octubre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 23 octubre 1874.

Periódico “El Imparcial” (Madrid): 27 octubre 1874.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 27 octubre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 30 octubre 1874.

Periódico “La Iberia” (Madrid): 31 octubre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 10 noviembre 1874.

Periódico “El Imparcial” (Madrid): 18 noviembre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 19 noviembre 1874.

Periódico “Crónica de Cataluña” (Barcelona): 27 noviembre 1874.

Periódico “La Discución” (Madrid): 3 diciembre 1874.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 1 diciembre 1874.

Periódico “La Epoca” (Madrid): 12 diciembre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 22 diciembre 1874.

Periódico “La Discusión” (Madrid): 23 diciembre 1874.

Periódico “El Imparcial” (Madrid): 26 diciembre 1874.

Periódico “Boletín de Comercio” (Madrid): 29 diciembre 1874.

Periódico “La Correspondencia de España” (Madrid): 31 diciembre 1874.


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